La muerte es el final de todo. No es como cuando duermes que desapareces por unas horas y vuelves a aparecer de nuevo, como si nada hubiese ocurrido… no es una solución. Pero cuesta tanto afrontar la realidad. Supongo que en situaciones como la planteada, lo mejor es dejarlo ir. Una vez alcanzas la felicidad y, en un segundo, la pierdes… quizá lo más adecuado es dejarlo todo, aunque duela. Como él dice, ya ha vivido demasiado. Podría apostar que todo el mundo alguna vez a querido finalizar con todo, sin embargo, la idea de que no hay nada más después, de no poder volver a despertar… nos aterra.

Yo tengo mucho miedo al futuro y, porqué no, al presente. Pero aun necesito alcanzar esa felicidad como para pensar si quiera en dejarme llevar. Pero estoy en un momento en el que no encuentro el rumbo, y se que hay gente a mi lado que me ayuda a buscarlo, pero llevo tanto tiempo arrastrando una gran barrera que me impide ser feliz y que creo que nunca conseguiré derrumbar.

Me gustaría cumplir deseos de siempre o los más inmediatos. Ver y conseguir una firma de Stephen King, vivir un tiempo en Italia y llevar de turismo a mis amigas, vivir un tiempo en Noruega a pasar frío, ver a Loreto graduarse, ir a un concierto de Skillet, conseguir una foto con Dema, conseguir que mis padres sean felices, acabar con el rencor… son tantas las cosas que quiero hacer, pero como ya me dijo Anna, desde niña me he creado, bueno, toda mi familia nos hemos creado una barrera, un muro, donde a un lado estoy yo, infeliz, soñando, y al otro… la Libertad, la Felicidad.

Hacia tiempo que no veía un peliculón de estos, una película de la que te sientes orgullosa de haberla visto aunque haya pasado años en tu biblioteca.