Estoy a la espera de algo muy importante, un resultado muy importante. La gente de mí alrededor dice que todo irá bien, yo sé que no va a ser así. Es un hecho, este año no va a ser tan genial como esperaba.
El verano está pasando y con él mi primer trabajo, una época mala pero a la vez buena. Gente, trabajos, discusiones y piernas que nunca olvidaré. Una vez más no vengo a hablar de una buena acción y no por que no las quiera hacer, sino porque no tengo tiempo.
A principio de verano estaba que no podía. Iba a suspender una asignatura más (3 en total), no iba a tener trabajo e iba a tener que seguir este año en casa de mis padres. No creo en Dios desde aquel día que se llevó a alguien tan importante para mí, pero viendo como venía el curso siguiente decidí hacer un trato con él. Si me concedía lo que anhelaba, intentaría poco a poco creer en él. Y me lo dio a medias.
Aprobé, tengo trabajo y he firmado el contrato del piso donde voy a pasar los próximos 9 meses. El problema es que le pedí por eso, pero descuidé dos asignaturas que tenía para septiembre. Ahora, a la espera del resultado de una me veo sin beca y con un alquiler, agua y luz que pagar. Tengo dinero para ello, sí. Pero veo que voy a pasar mucha hambre (para mi cumple quiero un carro de comida!) Pero la vida es eso. Pequeños logros a cambio de grandes fracasos. Quién sabe que me deparará el futuro, tendré que volver con mis buenas acciones o quizá con cierta lista…
En cuanto al trabajo me gustaría dejar por escrito algunas cosas de él.
Llegué cagada, muy cagada. ¿Y si no valdría? ¿Y si no entendía lo que me decían? Al menos no fui sola, sino con alguien más de mi familia. Pero desde el primer día conocí a gente que nunca olvidaré. El primero de todos es alguien que no conozco. Realmente no lo conozco, pero algún día espero hacerlo (cuento con la ayuda de mi en 13 días compañero de piso y quizá un poquito de alcohol, bueno mejor lo segundo no xD). A parte del señor piernas también “conocí” a mi encargada y a la que fue mi compañera y única amiga durante mes y medio. Sé que no leerá esto pero se te hecha de menos Charo.
El primer día fue la muerte. He pasado momentos horribles, daños, amarguras, pero nada comparado con ese día. Llegué a mi casa y sólo quería morir. El segundo y el tercero también pero menos. A la semana y algo me acostumbré y ahora sé que en 2 semanas cuando me vaya lo voy a echar también mucho de menos. Allí he conocido a gente particular. Gente que en otras circunstancias no habría conocido. Algunos son majos, otros no, otros huelen a gloria y otros los mataría como no se callen. También me he rencontrado con alguien que ya había echado al olvido (él y sus tonterías…).
La cuestión es que en menos de dos semanas voy a dejar todo esto atrás… a casi las únicas personas que me han apoyado cuando he tenido este examen tan importante y difícil, a las personas que en las adversidades me han hecho sonreir y reír a carcajadas, a personas que parecían serias pero al final de mi etapa me estoy dando cuenta que, aunque cerradas de mente, son la ostia… pff no sabía que este trabajo iba a significar tanto para mí. En fin una mención a C, S, D, MA, J, D, JR, G, A, JA, J, L… y a un montón de gente más que no me apetece poner… ¡Qué grandes momentos vividos!
En fin otra etapa que está a punto de acabar (qué putada que ahora empiece a conocer la sonrisa de uno de ellos) y va a dar paso a la que siempre he esperado. La independización (¿se dice así?) o como se diga. Ahí está a la vuelta de la esquina… espero que el año que viene me rencuentre con alguno de ellos…
Ya está casi todo listo sólo falta la fiesta de inauguración y llevar las cosas… pff por una parte tengo un poco de miedo pero llevo tanto deseándolo que siempre ese miedo queda atrás…
Dentro de nada también mi cumple… 20 ya. Dos décadas sobre las que ya reflexionaré cuando quede menos que ya esto aburre. Bueno, si alguien sigue leyéndome, nos vemos en la próxima buena acción (espero que la próxima sí lo sea).
Os dejo con este gran tema quedándome con esta frase:
Y CUANDO LLEGUE LA MUERTE SI PREGUNTA LE DIREMOS… MERECIÓ LA PENA